Su delicado sabor conquista hasta a los que no les gustan los champiñones.
MI PEQUEÑA HISTORIA
Es una de esas imágenes que jamás se me olvidarán, mi madre abriendo un sobre de crema de champis para la cena algún día de crudo invierno madrileño, su característico olor inundaba toda la casa.
Después otra imagen, no menos evocadora que la anterior, pero esta de los años de la movida, me transporta a mí juventud, Paco Clavel vestido con una chaqueta hecha con sobres de crema Knorr, como para olvidarse de ella.
Aunque la de sobre me sigue gustando resulta tan sencillo hacer una crema natural que merece la pena que todo el mundo la intente hacer y dejar los sobres para unas prisas.
Os encontraréis ante un plato sencillísimo, nutritivo, delicioso y por si fuera poco lo anterior barato y los champis los encontrarás en las tiendas en todo tiempo, además tenemos un producto nacional extraordinario.
INGREDIENTES
Para cuatro personas
500 gr de champiñones
1 cebolla
1 puerro (solo la parte blanca)
3 dientes de ajo
250 ml de caldo de pollo o verduras
250 ml de leche
150 ml de nata
150 gr de mantequilla
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
50 gr de harina
Sal
Pimienta
ELABORACIÓN
Picar la cebolla y el puerro en trocitos, no hace falta que sea fino, ya que luego lo vamos a pasar, y los dientes de ajo en láminas y reservar.
Por otro lado, cortar los champiñones en láminas, como antes no es necesario que sean muy finas, si los champis son pequeños incluso se pueden dejar enteros. Es importante que los champiñones estén muy blancos y los mejores son los que están cerrados, ya que cuando se abren, las láminas de debajo del sombrero se oscurecen y dan un tono oscuro a la crema que no interesa.
En la cazuela que vayamos a utilizar, a fuego medio-lento, se calienta la mantequilla con el aceite, cuando la mantequilla esté líquida, hay que tener un poco de cuidado para que no se ponga marrón, se añaden la cebolla, el puerro y los dientes de ajo.
Dejar sofreír hasta que la cebolla esté blanca, no tiene que dorarse.
Acto seguido, añadir lo champiñones troceados, podemos reservar algunos para utilizar de decoración al final, añadir sal al gusto, pero sin pasarnos, se puede corregir al final, subir un poco el fuego y dejar sofreír hasta que los champis suelten el agua y ésta se evapore.
Lo siguiente es añadir la harina, removiendo todo el contenido de la cazuela para que quede integrado, dejar cocinar unos segundos, no se puede quemar la harina.
Acto seguido se vierte el caldo y La leche, mantener en el fuego removiendo, para que se disuelva la harina, hasta que la mezcla espese al gusto.
Retirar del fuego, añadir la nata y remover.
Ya solo queda pasar la crema por la batidora añadir un poco de pimienta molida y corregir de sal.
La magia está conseguida, ahora se puede mejorar con la presentación, en casa nos encantan los picatostes de toda la vida puedes utilizar los “toppings” que se te ocurran como unos champis crudos, jamón serrano crujiente, alguna verdura cruda cortada fina, en fin cada uno pone su límite.
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