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FILETES RUSOS

  • Foto del escritor: cocinandoconnuriac
    cocinandoconnuriac
  • 7 mar 2021
  • 3 Min. de lectura

Una receta de siempre, versátil y que nunca defrauda

MI PEQUEÑA HISTORIA


Cuando un día, ya casada, me dijo mi marido que nunca había comido filetes rusos no me lo podía creer, mi suegra era de albóndigas, pero habiendo vivido en un piso de estudiantes...


Para mí sin embargo es una receta muy cercana, ya que mi madre nos la hacía con bastante frecuencia y siempre con gran éxito, con mis hermanos siempre había discusiones por el último filete.


En casa la he preparado en numerosas ocasiones y a mis hijos les vuelve locos, da gusto verles atacar la fuente con los filetes rusos y si se los pongo después de un entrenamiento o partido el espectáculo gastronómico está garantizado.


Nunca pensé que lo de llamarlos filetes rusos tuviera una relación con ese gran país, pero la realidad es que sí e incluso provienen de la alta gastronomía de ese país de la época de los zares y de un plato llamado “bitok” al parecer bastante similar al nuestro.


Se trata de una receta muy sencilla, barata, ya que se realiza con productos modestos y que cunde muchísimo, además es muy versátil, se pueden tomar fríos o calientes, solos o con salsas, en plato o en bocata, es por esto por lo que esta receta es ideal para pisos de estudiantes

INGREDIENTES



Para seis personas

  • 500 gr de carne picada.

  • ½ cebolla

  • 2 dientes de ajo

  • 2 rebanadas de pan de molde

  • 1 vaso de leche

  • 100 ml de vino banco

  • 50 gr de queso rallado

  • Perejil

  • Pimienta

  • Sal

  • Aceite de oliva virgen extra

Para rebozar

  • Harina

  • 2 huevos

  • Pan rallado

ELABORACIÓN


Picar la cebolla y los dos dientes de ajo en brunoise y reservar.


En una satén poner dos cucharadas de aceite y ponerla a fuego medio, incorporar la cebolla, el ajo y un poco de sal.

Pochar la cebolla y el ajo con cuidado de que el ajo no se queme, cuando esté la cebolla transparente apartar del fuego y poner la cebolla en un colador para que escurra.

Mientras se pocha la cebolla, se puede ir cortando el perejil para tenerlo listo.

Pone la leche en un plato y meter las rebanadas de pan de molde, la tendremos remojando unos minutos.

Poner la carne picada, en casa nos gusta que sea mixta de ternera y cerdo, pero vale cualquiera.

Salpimentar al gusto.

Añadir el perejil picado.

La cebolla y el ajo pochados y un huevo.

Las rebanadas de pan de molde escurridas.

Y el vino.

Con un tenedor trabajar la masa hasta que todos los ingredientes se integren, al final tendrás que utilizar las manos, es la mejor forma de amasar.

Incorporar el queso rallado, que por cierto se me ha olvidado ponerlo en la foto de los ingredientes, yo suelo utilizar queso parmesano, pero eso ya dependerá del gusto de cada uno.

Volver a amasar para integrar bien todos los ingredientes, si se observa que la masa está muy húmeda se corrige con una o dos cucharadas de pan rallado.

Cuando la masa esté lista tapar el bol con film transparente y dejarla reposar una media hora.

Es el momento de modelar los filetes rusos, para que todos salgan más o menos del mismo tamaño yo utilizo una cuchara sopera.


También hay que preparar tres recipientes, uno con harina, otro con dos huevos batidos y otro con pan rallado, a mí me gusta que el pan rallado sea un poco rústico, me parece que queda mejor para esta receta.


Tomar una porción del preparado de la carne hacer una bola.

Aplastar la bola entre las manos y dar forma al filete, no hay que hacer demasiada presión porque no queremos hacer una hamburguesa.

Pasar el filete ruso por harina.

Huevo batido

Pan rallado

Y reservar en una fuente.

En una sartén verter una cantidad generosa de aceite de oliva virgen extra y ponerla a fuego vivo.

Ir friendo los filetes poco a poco para que el aceite no pierda temperatura y con cuidado de no se queme el pan rallado.

A medida que se vayan friendo se pasan a una fuente con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.

Los filetes rusos están listos, como ya he comentado a partir de aquí se puede dejar volar la imaginación y acompañarlos como quieras; en el hipotético caso de que sobren, al día siguiente metidos en alguna salsa casera, por ejemplo de tomate, estarán igual de ricos.


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